Ahora sí, como es de ley y reza en los agradecimientos y dedicatorias del final de “Alcarama”, quiero dar las gracias a los que se fueron y volvieron, aunque ahora necesito irme yo y sé que lo entiendes, a los que se fueron y son recuerdos muy reales, a los que siempre estuvieron, por caminar junto a mí durante nuestro “siempre”, aunque te apeases del tren justo antes del final del recorrido …
… y, por supuesto, a los que acaban de llegar.