En la casilla 19 está La Posada, el espacio donde se desarrolla el juego como actividad libre de moral y más allá de la verdad, lo cómico o de la virtud, características que atañen exclusivamente a la forma de actuar del jugador sólo preocupado del goce estético del juego a través de la imaginación.
Campos de batalla

2016
Técnica mixta sobre foam y yeso.
El arte, del mismo modo que el viaje, te hace humano, un humano consciente de sí mismo y de su entorno, concienciado y sensibilizado con lo que le rodea. La concienciación se construye a través de herramientas estéticas y sirve como catalizador de ciencia del movimiento, la mecánica y las ruedas dentadas que, unidas por una cadena transmiten el movimiento a una rueda.
Un día el homínido se irguió sobre sus patas traseras y se convirtió en homo; liberó sus manos, que emplearía en otras cosas, y empezó a disfrutar de una perspectiva más cenital del mundo para empezar a caminar.


2016
Técnica mixta sobre foam y yeso.
Pedro Matínez Sierra alude a la faceta del placer en el juego obtenida a través de la manipulación de la materia por parte del artista gracias al dominio de la técnica y el procedimiento como medio de expresión.
En el siguiente cruce de caminos cambié de actividad dispuesto a utilizar mis manos y tocar el material de la tierra. Construí mis sueños, también mis desvelos y pesadillas. Lo que nunca había formado parte de mi equipaje tomó forma para construir una de mis series más dolorosas e introspectivas. En ella me costó expresar la alegría de la vida. La nostalgia llamaba a mi puerta para que le hiciese un retrato y yo diseñé el calendario de una agonía y las letanías de los que no estuvieron a la altura. Un auténtico Ars Moriendi que me mostró mil puertas cerradas en un lugar en el que nunca he logrado encajar, quizá, porque la otra mitad de mi alma estaba en la carretera. Ubi bene, ibi patria.
Diario Blanco, 2016.


2016
Técnica mixta sobre foam y yeso
con estructura de madera de pino encerada.
2016
Técnica mixta sobre foam y yeso
con estructura de madera de pino encerada.
El juego, por tanto, se situó fuera del ámbito de lo lúdico, como dice Tapies cuando se alegra de encontrar opiniones en contra de esta forma vulgar de concebir la relación entre arte y juego. Sin embargo existe una relación entre ambos, juego y arte, cuando afirmamos que el juego, al contrario que el trabajo, carece de finalidad convirtiéndose en una actividad con valor intrínseco.
Imaginen que salgo con que Schiller supera la concepción del juego como mera actividad vinculada al exceso de energía, que escupo un “es alimento para el espíritu“ en todo el centro del escenario y después me callo. Lo hice, pero no sé si se entendió o tenía que haber hecho aspavientos como un loco dadaísta.

Palencia, España. 2019
20×29 cm
Copia en B/N
Papel baritado
La decadencia y el salvajismo de los que habla Schiller se superan a través del servicio del arte, la belleza y las costumbres. Considera que la imaginación forma parte importante del conocimiento humano, como sucedía en la Grecia Clásica y la vincula a la libertad que, dice, es algo espiritual fuera de la necesidad material y propia de artistas, políticos y pensadores, que llegan a ella a través de la belleza. La solución al conflicto entre la tiranía de la razón y la sensibilidad apunta a la armonía de ambos impulsos, es decir, al temple estético del ánimo, o sea, a la belleza.
Como resultado de la separación de materia y espíritu, surgen dos instintos, el impulso material, objetivo, de origen sensorial y, por tanto, limitado por la realidad física, y el formal, subjetivo y racional que lleva a la libertad, a la afirmación de su persona, dándole juicio y voluntad.
(Como ocurrió con Sócrates, se rieron. Fin de la intervención).
De la unión de materia y forma (sentidos y razón) cristaliza el impulso de juego, la forma en la que el hombre es elevado a una vida superior más pura (sic).

Sertã, Portugal. 2019
20×29 cm
Copia en B/N
Papel baritado
El juego, en Schiller, surge de la combinación de estímulos externos (materia) y sus respuestas (forma). Ambas capacitan la iniciativa individual, por eso el hombre —dice— es sólo hombre cuando juega, y el “impulso de juego” es el eslabón que unifica esas materia y forma, génesis de sensaciones que, en estado de equilibrio, acontecen en un ámbito de libertad y belleza.
De la ruptura de equilibrio entre materia y forma emana la belleza, y puede hacerlo de dos maneras diferentes: cuando predomina la materia sobre la frma aparece la belleza melodiosa y si la forma prevalece sobre la materia, es una belleza enérgica. El dominio de cualquiera de ellas conlleva violencia y, por tanto, la razón exige una comunión necesaria entre materia y forma.
Sin embargo —admite Schiller— los estímulos materiales externos coaccionan al individuo. Por eso, el reino de la apariencia estética está reservado tan sólo a una minoría sensible e influenciable por la belleza.
¿A quién conozco yo que pueda ser sensible a la belleza?