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Canción de fin de año

Ahora que vamos despacio, vamos a contar mentiras…

Según esto, yo, que voy despacio, cuento mentiras. Cuando viajo, escribo y fotografío cómo vivo lo que vivo.

¿Lo que vivo es verdad o es mentira?
¿Sería más interesante contar un viaje desde la verdad o desde la mentira?
¿Mi forma de vivirlo busca o construye una verdad independientemente de la posible realidad?

La Literatura, por concepto, es ficción. La ficción no es necesariamente mentira pero, como disciplina artística, es interpretación y está sometida a la sensibilidad del escritor. Por tanto no es verdad per se, sino una de las verdades de quien escribe.

La fotografía construye una verdad recortada de un escenario, elige el punto de vista y cambia la velocidad a la que ocurren los hechos, congela el tiempo y convierte en eterno lo efímero. Ese instante es incuestionable, aparece en el papel o en la pantalla porque existió en algún momento concreto. Fotografío una porción de tiempo, exactamente la que imprimo sobre el papel; después de ese momento, los objetos se han movido, la realidad objetiva ha mutado.

¿La creación artística trabaja sobre el tiempo, convirtiendo en eterno lo efímero, convirtiendo en verdad lo relativo?

Una fotografía congela un momento para la eternidad, una escultura o una pintura también. En ambos casos, esa verdad, como tal, es esencialmente inmutable.

imagen

¿Y la música o el teatro, que pueden cambiar en cada interpretación según multitud de factores?

La música también trabaja con el tiempo, el tempo le da un carácter, es parte del lenguaje expresivo.

¿La belleza es una verdad universal?
¿Cómo se relaciona la verdad con la belleza?
¿Busca el arte la belleza o, más bien, eso es tarea de la filosofía, o sea, de la especulación?
¿Qué es la belleza?
¿La belleza está en el objeto, en su interpretación o quizá en el proceso creativo y los hallazgos que éste nos proporciona?

El mismo objeto se percibe de diferente forma dependiendo de muchos factores, por tanto, la belleza, si es que fuera asunto del arte, que no creo que lo sea, no sería una verdad universal, no se podría reducir a un concepto monolítico o a un objeto, no existe un discurso que formalice la belleza (¿ni la verdad?) de una forma universal. Cada línea de pensamiento o creatividad centra su discurso de la verdad y/o de la belleza en su forma de interpretar las percepciones y, en muchos casos, busca un objeto en el que vuelca su definición de ésta.

¿Podría definir la verdad definiendo su contrario?
¿La interpretación es mentira o, mejor dicho, es no-verdad?
¿Qué sentido tiene buscar la verdad, acaso el espectador trata de encontrar la verdad en lo que le presentan delante de sus ojos o, por el contrario, busca una evasión de la realidad?
¿Qué busco en el arte, preguntas o respuestas?
¿Qué busco en el viaje y en el movimiento, preguntas o respuestas?
¿La verdad es moral?
¿La moral duele de la forma en la que Platón dice que la visión de la realidad ciega y duele?
¿Qué relaciona la verdad con la moral?
¿Se puede normalizar la verdad? Hablo en el sentido de crear unas normas o presupuestos que la garanticen.
¿La verdad está siempre sometida al juicio?
¿Todas estas preguntas pierden sentido si acepto que, simplemente, miento cuando hago lo que hago y que el arte es independiente de la verdad o la belleza?

Si elimino la intencionalidad a la hora de la creación artística, abro la puerta al automatismo, al caos en el acto creativo, sin presupuestos y sin parámetros que lo ordenen desde consciencia, algo que apuntó el dadaísmo, el surrealismo o el arte encontrado.

La duda está más cerca del que cree que del que cree saber.

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