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07.10.2019

Me consuela saber que tengo el entrenamiento suficiente para mi futuro más próximo, llevo preparándome para ello doce años.

Vivir con lo puesto y con lo que lleve dentro de mí, mis herramientas para la supervivencia; saber sobrellevar la soledad y dedicar el tiempo vacío a llenarlo con ejercicios de tolerancia hacia mi persona conociéndome un poco más en otro ámbito en el que me sienta absolutamente extraño, sentirme fuerte para sobrellevar el peso creciente que se va a ir acumulando sobre mi espalda y, cuando éste sea insoportable, explotar, salir de la ratonera y soltar lastre, defecar en cualquier arcén como cada mañana de mi viaje. Utilizar el extintor para sofocar el carácter y la bomba para inflar el ánimo cuando sienta que rueda con poca presión. Mi enemigo, lo conozco, va a ser el tedio, y conozco también la solución: llenar el hueco con libros.

Tengo mucho trabajo por hacer cuando mi actual ocupación me dé tiempo. El dinero vendrá y tengo que guardarlo mientras planeo los siguientes pasos. Para ello tengo que ser práctico, fijar el objetivo, no dejarme llevar. Sé cuál es mi sitio, sé dónde soy yo y dónde me encuentro a mí mismo. Pego una postal del lugar ansiado en la nevera para tenerlo siempre presente, para que no se me olvide. Yo sobre mi bicicleta en ese lugar, yo respirando ese aire, fotografiando ese horizonte, describiendo en páginas blancas ese lugar, haciéndolo mio como hice con tantos otros. Yo, reportero de arcenes, habitante del desierto, artista mudo en el ostracismo, raquítico filósofo minimalista de mi mundo interior, arquitecto y albañil de un personaje múltiple e inadaptado, acomodador silencioso de todos los personajes que pululan por el escenario subreal que he diseñado con lo que he encontrado a mi paso…

Ambientar mi interior de forma pacífica, fomentar e impulsar el diálogo interior, crear el canal de difusión, decidir el destinatario de mi mensaje y apuntar con mira telescópica para ejecutar un disparo certero que alcance la diana. Tengo munición suficiente, alguna probablemente pasada de fecha que habrá que actualizar —pienso que será posible— después de escarbar en las instrucciones que ocultan los libros y el recuerdo de mis conversaciones. Trabajar, encontrar la inspiración, desenterrarla en la paz que sea posible construir entre las paredes de mi nueva cueva.

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Publicado en Notas