Nace la primavera arropada con sábanas blancas, en silencio. Los pájaros, perezosos, empapados otros, agitan sus alas, ahuecan el plumaje, pían desde agujeros del muro asomando la cabeza de vez en cuando.
Vino a darme los buenos días el Pájaro Persiana ya saber si volvería algún día, que los chicos preguntan. No he sabido qué decir con la boca, ni mirándole a los ojos. Él tuerce la cabeza. Con un saltito desde el alféizar emprende el vuelo y desaparece, atraviesa el pinar sin descanso para ir a cuidar de ellos.
Yo imagino y sonrío … Bienvenida, Primavera.