Bajo zigzagueando, sorteando algunas rodadas. Las escorrentías han labrado el camino una y otra vez y la hierba lo invade. Estoy incómodo con tanto peso. Abajo del camino veo un enorme grupo de casas en donde me propongo comer, aunque también veo que no estaré solo.
Dos perros anuncian con antelación mi llegada y aquellos tres chicos, cuyos nombres no recuerdo ya, me acogen, me ofrecen, me convidan. Fumamos, bebemos, charlamos, reímos, comentamos la vida hasta que anochece y una enorme luna roja emerge del horizonte entre nuestras voces.
Cenad, que yo observo.
Fundo a negro con el sonido del chorrito que salta del caño de la fuente.
Atardecer en Villar del Río.
Grabando en la alameda el sonido del agua.
Primavera 2012.